17 de mayo de 2012

VIERNES SANTO DE SANTO ENTIERRO

Atardecer de Santo Entierro en La Palma.
"Este es mi Cuerpo que será entregado por vosotros" (Lc 22,19). Entregado hasta la última gota de su preciosísima sangre, hasta el suspiro final, hasta caer derrumbado en la cruz por un amor inconmensurable de quien ama sin miedo a nada. 
Buena Muerte de Dios en la tarde del luto eterno palmerino. A las 19:00 horas, puntual, se abrían las puertas de la Parroquial de San Juan Bautista en aquel Viernes Santo 6 de abril. Un largo discurrir de hermanos nazarenos avanzaban silentes y con respeto alumbrando con cirios de nacar al Señor Yacente de la Buena Muerte, que a los sones clásicos de la Banda de Cornetas y Tambores "Nuestro Padre Jesús Nazareno" de Cazalla de la Sierra era Trasladado al Sepulcro bajo un cielo cubierto de nubes en el que se escapaban tímidos rayos de sol. La Corporación Municipal, Hermanos Mayores y Presidentes y el Consejo Local de Hermandades y Cofradías también figuraban en este Entierro Santo de Dios por La Palma. 
Viernes Santo de luto, que sabe de tradición y devoción, que se llena del fervor desmesurado de un pueblo que se entrega en oración a su Señora, a la Madre de Cristo, a su Virgen de los Dolores. Blancos claveles y azahar puro perfumaban sus andas de plata, mientras el negro terciopelo de las bambalinas bordadas jugaban con el sol de atardecida en un vaivén de belleza y dolor. Escolta policial para la Virgen Dolorosa, que en La Palma es proclamada Excelsa Protectora del Cuerpo Local de la Policía.
Los últimos compases de la tarde trajo a nuestro pueblo unas levísimas gotas de lluvia, que para nada hicieron romper el orden de las filas de hermanos y que en pocos minutos desaparecieron del cielo palmerino divisándose un firmamento de estrellas para esta noche de Santo Entierro.
Oro nuevo en la canastilla del Traslado al Sepulcro, pañuelo londinense en las manos devotas de María Magdalena, rosas y lirios para el Santo Entierro, andar valiente y decidido de los costaleros de la Buena Muerte, oración en los vecinos de La Palma y satisfacción en los hermanos por las modificaciones en el recorrido de la Cofradía. Para la Virgen encajes con sabor antiguo y corazón traspasado, faldoncillos bordados en oro y jarras de plata fruto del amor de sus hijos, la Banda de Música "Cristóbal LLanes" de Calañas poniendo marchas clásicas en su caminar y la bendición de los Santos Fundadores de la Orden Servita que por primera vez procesionaban sus reliquias en la delantera del palio de los Dolores de La Palma.
El tiempo pasó deprisa, el Viernes Santo se apagaba en los guardabrisas de los dorados candelabros y la Cofradía retornaba al Templo, tras cumplir con su pública Estación de Penitencia por las calles de La Palma. Sólo quedaba la espera de la Resurrección en todos los hermanos, que saben que en la Buena Muerte se esconde el sueño profundo de un Dios que está vivo en el corazón de quienes siempre le siguen con fe y devoción.

 

Fotos: J.D. González