15 de mayo de 2009

CRÓNICA DEL VIERNES SANTO

La Muy Antigua y Fervorosa Hermandad Servita y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro, Stmo. Cristo de la Buena Muerte y María Stma. de los Dolores de La Palma del Condado en cumplimiento con sus Reglas, celebraba el día 10 de abril de 2009, Viernes Santo, Estación de Penitencia por las calles de La Palma con sus Sgdos. Titulares.
Esta Estación de Penitencia, marca el punto y final de los Cultos que esta Hermandad ha desarrollado durante toda la Cuaresma, entre los que se encontraron el Solemne Septenario Doloroso, celebrado entre el 27 de marzo y el 2 de abril, para el cual el grupo de priostía preparó un magnífico altar de cultos, en el que se escenificaba el sexto dolor de la Virgen, recogiendo la Stma. Virgen de los Dolores a su Hijo de la Buena Muerte en su regazo, tras ser descendido de la Cruz. Tras el Septenario, se desarrolló el viernes de dolores, 3 de abril, la Solemne Función Principal de Instituto y posterior Besamanos a María Stma. de los Dolores. La Función volvió a estar marcada por la seriedad y la sobriedad que caracteriza a nuestra Corporación, ocupando la Sgda. Cátedra el R.P.D. Francisco J. Martín Sirgo, Párroco de nuestra localidad. Fue destacable la gran asistencia de fieles y devotos que nos acompañaron en este culto, así como durante los siete días del Septenario, viéndose en este año un aumento considerable en el número de asistentes. Fueron muchos, también, los hermanos que Confesaron públicamente su fe durante el Ofertorio de la Función Principal. La Capilla Musical de la Solemne Función estuvo a cargo de la Coral Polifónica de La Palma del Condado, que interpretó muy acertadamente la Salve a María Stma. de los Dolores, dedicada a Ntra. Titular y compuesta en el año 2008 por D. Francisco J. Segura Márquez. Con esta Salve se iniciaba el Devoto Besamanos a la Virgen, en el que muchos palmerinos esperaron largas colas para depositar en la mano de la Señora un beso de fe y amor.
De tal modo, el Viernes Santo a las 18:00 horas, los hermanos nazarenos del Santo Entierro llegaban a la Iglesia Parroquial desde donde una hora más tarde la Cofradía tiene prevista su salida. En la Parroquia, los hermanos oraban ante los pasos de Ntros. Sgdos. Titulares antes de dar comienzo la Procesión. Pasadas las 18:30 horas y cumpliendo con lo previsto el paso de palio daba su primera chicotá y se situaba justo a los pies del ábside.
El paso del Stmo. Cristo de la Buena Muerte lucía bellísimo estrenando el juego de candelabros de guardabrisas, los cuales se encontraban plenamente encendidos. Las flores también fueron resaltables, exornándose las andas con matiolas moradas, calas blancas y rosas rojas. El palmerino Misterio del Santo Entierro de Cristo estaba totalmente preparado para volver a llevar a sepultar al Señor de la Buena Muerte, que como suele ser habitual portaba sobre su cabeza los resplandores o potencias de plata bañadas en oro, símbolo de su eterna divinidad. Como punto anecdótico citar que también se estrenaba la talla de la trasera de la canastilla, la cual llegó a La Palma en la tarde del Miércoles Santo, recién salida del taller del tallista D. Francisco J. Pineda.
A su vez, la Virgen de los Dolores se encontraba majestuosa en su paso de palio. El exorno floral de este año consistía en flores variadas entre las que se encontraban: matiolas blancas, rosas de color rosa, liliums rosa, estaliums blancos, orquideas blancas y azahar; sin duda un trabajo laudable y destacable el realizado por el Grupo de priostía de nuestra Hermandad. El palio estrenaba las nuevas cresterías en plata de ley en estilo rocalla, a juego con los respiraderos, realizadas en los talleres San Juan de Sevilla donación del Grupo Joven y Comisión de colaboradores y costaleros.
La Virgen recuperaba con su vestimenta una antigua estampa que nos devuelve a los años 40 del siglo pasado, volviéndose a presentar la Señora en su palio luciendo totalmente vestida de luto. Esta recuperación viene dada por la nueva saya de terciopelo negro bordada en oro fino a realce estrenada en noviembre de 2008 en la XXXV Convivencia Nacional de Hermandades y Cofradías de la Soledad; y que es obra del bordador sevillano D. Pedro P. Gallardo Gutiérrez. Esta nueva saya, el portentoso manto romántico del siglo XIX obra de D. Juan Manuel Rodríguez Ojeda, la corona de plata bañada en oro de imperiales y un tocado de finos encajes de Bruselas enriquecido con puntas a la aguja, hacían resaltar la belleza dolorosa de Ntra. Madre. En el pecho de la Virgen se estrenaban las medallas de oro que las Hermandades del Stmo. Cristo del Perdón, Ntra. Sra. del Valle y Santa Cruz de la Calle Cabo, donaron a Ntra. Sgda. Titular, con motivo de las mencionadas Convivencias Soleanas.
Cumpliendo con los horarios, y tras realizar la oración pertinente dirigida por nuestro Director Espiritual, el R.P.D. Francisco J. Martín Sirgo; el Diputado Mayor de Gobierno, D. José Manuel Albarrán Gómez, daba la orden de que la Cruz de Guía saliese a La Palma y tras ella, todo el Cortejo clásico del Santo Entierro de Ntro. Señor.
Con su marcha, “Cristo de la Buena Muerte”, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores “Ntro. Padre Jesús Nazareno” de Cazalla de la Sierra (Sevilla), salía el Stmo. Cristo de la Buena Muerte, reflejándose en su tez morena los últimos rayos crepusculares del sol, que quisieron asomarse tímidamente entre unas altas nubes que cubrían parcialmente el cielo palmerino. También el viento quiso hacerse presente en la tarde del luto, agitando el blanco sudario que reposaba sobre el leño de la Santa Cruz, en la que murió Cristo; así como el pañuelo que María Magdalena llevaba en su mano junto con los clavos pasionistas. Acompañando al Paso de Misterio iban las autoridades de la ciudad, situándose delante las representaciones religiosas, mientras que tras el Señor iban las autoridades civiles y militares.
Para aligerar el transito de la Cofradía en sus primeros momentos, y lograr la salida de la misma en menor tiempo, el Cabildo de Oficiales decidió que la Cofradía a su salida atravesará la Plaza del Sgdo. Corazón de Jesús para desembocar en el último tramo de la C/ Párroco Paulino Cháves y enfilar la tradicional C/ Real. La solución fue acertada ya que en torno a las 19:40 horas el palio de la Señora de los Dolores ya se encontraba encuadrado en el dintel de la barroca portada parroquial. La Banda Municipal de Música “Ciudad de Porcuna” de Porcuna (Jaén), interpretaba la marcha Señora Nuestra, dedicada a Ntra. Titular, obra de D. Manuel Serrano, con la cual bajaba la Virgen la rampa que salva los escalones de la Parroquia. Pasaba la Virgen de los Dolores y delante se observaba un mar de capirotes negros perfectamente ordenados, que demostraban su saber hacer y su respeto por el momento de dolor que en La Palma se estaba rememorando. Más de 280 hermanos nazarenos, 15 acólitos con dalmáticas, más de 40 niños vestidos con roquetes y entorno a 100 hermanos costaleros entre ambos pasos, hacían que el Cortejo del Santo Entierro estuviese conformado por más de 400 personas, una cifra que supera cualquiera de años atrás.
Al pasar la Cofradía por la Iglesia del Valle, se quiso tener un recuerdo a la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno, que en la Madrugá de aquel Viernes Santo, en el discurrir de su Cofradía por los alrededores de nuestra Casa de la C/ Cristo de la Buena Muerte, se vieron sorprendidos por la aparición de la inesperada lluvia, lo que obligó a nuestros hermanos a refugiarse en nuestra Casa. Momentos históricos los vividos allí, ante la portentosa imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno y el bello rostro de María Stma. del Socorro. Fueron solo unas horas, en las que nuestra Casa se llenaba de nazarenos con capirotes morados, que desconcertados buscaban aliento en la mirada del Señor y la Virgen. Como es habitual, nuestra Hermandad se puso a disposición de la Hermandad de Padre Jesús, ayudándoles en todo lo que nos fue posible. Cuando despertaba la mañana, la Junta de Padre Jesús decide volver a su Iglesia del Valle, dejándonos a la Hermandad del Santo Entierro unas vivencias históricas así como una bella estampa que guardaremos en nuestras retinas.
Tras pasar la Iglesia del Valle, todo fue con absoluta normalidad, siendo mencionable el respeto y el orden que en todo momento se guardaba entre las filas de hermanos nazarenos. Calles estrechas las de Virgen del Valle y Hermanos Cueva, por donde el paso del Stmo. Cristo de la Buena Muerte discurría con elegancia y haciendo alarde del clasicismo de su valiente andar de frente, dado por su señera y seria cuadrilla de costaleros. Por Cardenal Segura queremos recordar a Ntra. Madre de los Dolores, a los sones de "Mater Mea" en una calle inundada por el olor a incienso y recogida en el más absoluto silencio, luchando los cirios de la candelería por mantenerse encendidos, en una noche en que el viento no quiso que el rostro de la Virgen fuera rozado por el calor del fuego de las velas.
Puntuales a los horarios, y tras cumplir con el cometido, de catequizar y dar testimonio de fe por las calles de La Palma, volvía el primer nazareno de capirote negro a llamar a la puerta del Templo Parroquial, para que todo el cortejo retornara a su casa. Así, con la luna de paresceves como testigo, José de Arimatea y Nicodemo dejaban el cuerpo de Jesús de la Buena Muerte en el sepulcro, a la espera de que al tercer día vuelva a venir con la eterna Resurrección. Mientras, la Virgen de los Dolores será consolada por todo su pueblo con la oración sincera de la salve, que se empieza a entonar de las voces cansadas de los costaleros, que en sus últimos pasos quieren recrearse para que los Dolores de La Palma duelan menos, mientras se muestra en los rostros de los hermanos la tristeza del final de un año más y la esperanza de que con Cristo Resucitado todo volverá a comenzar.